Investigador sanfernandino: Embajador peruano de la Paz y visionario en ciencias de la salud mental
Jeel Moya-Salazar, respetado investigador peruano en Medicina, Biotecnología y Neurociencias es egresado del Doctorado de Neurociencias y miembro externo del Grupo de Investigación Neuron de la Facultad de Medicina San Fernando. El joven científico fue designado como el primer embajador peruano de la paz por la organización estadounidense sin fines de lucro Global Peace Chain (GPC).
Su interés por la investigación fue incentivado por sus padres, su madre era enfermera y su padre, abogado sanmarquino. “Mi madre es enfermera y siempre se preocupó por darme las herramientas que me permitan conocer la naturaleza y el porqué de las cosas. Me compró un kit de laboratorio con el cual pasé gran parte de mi infancia”, nos comenta.
El investigador Moya-Salazar nos explica que ingresó al Doctorado de Neurociencias de San Fernando motivado por la Teoría de Pedro Ortiz, “ya que es el único postgrado de neurociencias en el mundo que sigue la teoría informacional”, dice. El experto se abocó a trabajar intensamente en neurociencias aplicadas y más aún durante la pandemia por COVID-19. Él, junto a su equipo, tiene una línea de trabajo en salud mental en diversos temas, como el análisis de los efectos para la salud de las guerras, catástrofes y pandemias.
Durante la reciente cumbre en Nueva York sobre procesos de paz y Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), Moya-Salazar presentó los resultados preliminares de su investigación sobre los impactos del conflicto Ucrania-Rusia (CRU) en la salud mental de estudiantes universitarios de tres continentes. Este trabajo se realizó con el propósito de conocer el impacto sobre la salud mental de este conflicto en las segundas víctimas, “sobre todo, en la población universitaria, que es uno de los subgrupos más afectados postpandemia y que presenta ciertas características relacionadas con su actividad académica y social”, afirma el investigador.
Los hallazgos revelaron una profunda afectación en el bienestar y una creciente preocupación por la falta de apoyo médico durante la invasión rusa iniciada en febrero de 2022. Estudiantes no solo cercanos al conflicto, sino de otros continentes, experimentaron angustia psicológica y miedo. “Los estudiantes peruanos han mostrado más ansiedad, preocupación, insomnio y miedo debido al conflicto. Esta afectación a la salud mental al fue aún más significativa en estudiantes con diagnósticos previos de estrés y TDHA”, señala Moya-Salazar.
Esta investigación, en línea con el ODS 3 (Salud y bienestar), condujo a que la GPC nombrara a Moya-Salazar como Embajador Joven de la Paz, destacando su compromiso con el diálogo y la reducción de brechas entre las poblaciones. “Tuve una feliz experiencia durante la cumbre. Entendiéndose feliz en su concepción del latín “felicitate”, es decir, productivo o fructífero”, declara sobre el evento internacional que brindó espacios para participantes y líderes políticos de más de 90 países.
Sobre su nominación como embajador se mostró muy sorprendido, “desde la ciencia me he visto involucrado en actividades de paz indirectamente. En tanto, la investigación que presenté, así como mi trayectoria académica, fueron determinantes para ser parte de este nombramiento”, afirma.
A pesar de que la GPC cuenta con embajadores de más de 113 países, Moya-Salazar es el primer representante peruano, un logro significativo para nuestra comunidad. Su enfoque actual se centra en investigar los efectos sociales y sanitarios de la guerra, contribuyendo no solo al ODS 3, sino también a los ODS 2 (Hambre cero), ODS 4 (Educación de calidad), ODS 8 (Trabajo decente y desarrollo económico), ODS 10 (Reducción de las desigualdades), ODS 13 (Acción por el clima) y ODS 16 (Paz, justicia e instituciones sólidas).
Los resultados completos de la investigación, próximos a publicarse en una revista científica europea, serán difundidos a través de los canales de comunicación de la universidad, consolidando el compromiso de Moya-Salazar con la generación de evidencia y contribuciones a la sociedad global.
Por otro lado, el investigador se compromete a, inicialmente, difundir este logro (la investigación), a fin de involucrar a más estudiantes y profesionales como líderes y peacemaker. “Dentro de la academia, se están presentando en conferencias los resultados de esta investigación y las futuras direcciones científicas que con mi equipo pensamos desarrollar”, comenta y agrega que se proyectan a desarrollar una producción literaria sobre el rol de la ciencia en la Paz. En el plano político, desean establecer puentes de diálogo con el congreso de la república y con sociedades civiles para discutir y analizar los conflictos sociales del Perú y de la región a fin de unirnos a la misión de paz (Peace by Dialog). Asimismo, en el Plano social quieren trabajar con municipalidades en las tres regiones del país a fin de conocer el estado de salud mental post pandemia, y durante los conflictos nacionales e internacionales. También, buscan comunicar la importancia de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible a todo nivel y demostrar su valor para lograr un desarrollo sostenible y equitativo.
Asimismo, tiene en desarrollo otros proyectos de investigación. “Dentro de la salud mental y Neurosciencias hemos evaluado los cambios en las prácticas fúnebres y el duelo durante el estado de emergencia por COVID-19”, señala Moya-Salazar y agrega que también planean estudiar el efecto de la cuarentena sobre los hábitos alimentarios y la percepción de la imagen corporal, así como la afectación familiar y los medios alternativos de comunicación sanitaria.
“Existe la posibilidad de llegar al diálogo y establecer soluciones a los conflictos institucionales, locales, nacionales y mundiales. No debemos de generar situaciones de daño ya que somos humanos, y tenemos la capacidad única de vivir y construir nuestra sociedad”, subraya el científico sanfernandino, quien agrega que “San Marcos es el sitial donde se han construido grandes cosas para el Perú y no podemos abandonar esa tradición de creadores sociales y líderes del futuro”.
“La ciencia puede ser un vehículo importante y necesario para evidenciar los problemas y también las soluciones, ya que mientras más conozcamos, menos usaremos la ciencia para el mal”, finaliza.